Vivienda formal y sostenible: herramienta clave para el desarrollo urbano en Colombia

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En medio de un panorama urbano desafiante, donde la informalidad, el cambio climático y la inequidad social convergen, Colombia se enfrenta al reto de garantizar acceso a viviendas dignas, sostenibles y planificadas. La vivienda formal se posiciona como un instrumento esencial para alcanzar estos objetivos. De acuerdo con la Cámara Colombiana de la Construcción (Camacol), más del 50 % del crecimiento urbano reciente ha sido informal, lo que representa una amenaza para la sostenibilidad de los territorios y la calidad de vida de millones de personas.

En este contexto, surge con fuerza la iniciativa Camacol Verde, una estrategia integral orientada a transformar la industria de la construcción, haciéndola más responsable con el ambiente, alineada con los Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS) y las metas de carbono neutralidad del país hacia 2050. Este artículo profundiza en los ejes de esta transformación, su impacto técnico en la ingeniería civil, y su contribución a la consolidación de ciudades resilientes, equitativas y sostenibles.

1. La vivienda formal: mucho más que una estructura

La vivienda formal va más allá de la simple legalización de la tenencia del suelo. En términos técnicos y sociales, implica la planificación urbana, cumplimiento normativo (RETIE, RAS, NSR-10), acceso a servicios básicos, movilidad, infraestructura educativa y de salud, entre otros componentes. Su promoción representa:

  • Mitigación del riesgo: construcciones en suelos estables, no inundables, fuera de zonas de riesgo sísmico o deslizamientos.

  • Reducción de emisiones: al planificar con criterios de eficiencia energética y transporte sostenible.

  • Acceso a servicios públicos eficientes: agua potable, saneamiento básico, electricidad segura.

  • Seguridad jurídica y patrimonial: lo cual estimula la inversión y el arraigo comunitario.

Por tanto, desde una perspectiva de ingeniería, la vivienda formal permite diseñar soluciones más eficientes y seguras, tanto estructural como ambientalmente.

2. El problema de la urbanización informal: costos ocultos

Más de la mitad del crecimiento urbano en Colombia en los últimos 30 años ha ocurrido en condiciones de informalidad. Esto genera una serie de consecuencias negativas:

  • Ocupación de suelos de alto valor ambiental (rondas hídricas, cerros, humedales).

  • Aumento de los costos de prestación de servicios públicos.

  • Presión sobre la infraestructura existente.

  • Elevado riesgo en fenómenos naturales por autoconstrucción sin criterios técnicos.

Desde la ingeniería urbana, esto implica altos costos de mitigación y refuerzo estructural, baja eficiencia en redes de acueducto y alcantarillado, y escasa capacidad para implementar energías limpias o sistemas de movilidad sostenible.

3. Camacol Verde: una hoja de ruta hacia el 2050

Camacol, como gremio líder del sector constructor, ha lanzado Camacol Verde, una estrategia con seis líneas de acción que integran sostenibilidad ambiental, eficiencia técnica e innovación empresarial. Estas líneas son:

  1. Ciudades sostenibles y resilientes.

  2. Materiales verdes y eficientes.

  3. Edificaciones sostenibles certificadas (como EDGE, LEED, CASA Colombia).

  4. Financiación verde para proyectos sostenibles.

  5. Economía circular en procesos constructivos.

  6. Transición hacia carbono cero en edificaciones.

El objetivo es reducir en un 40 % las emisiones del sector al 2030 y alcanzar edificaciones neto cero carbono al 2050. Esto se alinea con los compromisos del país bajo el Acuerdo de París y la Política Nacional de Cambio Climático.

4. Certificaciones EDGE y su impacto técnico

La certificación EDGE (Excellence in Design for Greater Efficiencies), desarrollada por IFC (Grupo Banco Mundial), promueve la construcción eficiente a través de:

  • Ahorro mínimo del 20 % en energía.

  • Ahorro del 20 % en agua.

  • Reducción del 20 % en energía incorporada en materiales.

Actualmente, Colombia es líder regional en este tipo de edificaciones, con más de 7 millones de m² certificados, especialmente en Bogotá y Antioquia. Desde el punto de vista de la ingeniería, EDGE impulsa la implementación de sistemas constructivos innovadores como:

  • Ladrillo ecológico.

  • Paneles SIP.

  • Techos fríos.

  • Iluminación natural optimizada.

  • Sistemas de recolección de aguas lluvias.

Además, exige modelaciones precisas en herramientas BIM, simulaciones energéticas (con software como DesignBuilder o SketchUp + plugins) y cumplimiento de normas como el RETIE en instalaciones eléctricas eficientes.

5. VIS 4.0: Vivienda de Interés Social con innovación

Camacol también impulsa la estrategia VIS 4.0, que busca integrar las viviendas de interés social (VIS) a la cuarta revolución industrial, combinando sostenibilidad, industrialización y digitalización. Algunos aspectos destacados:

  • Prefabricación y modulación estandarizada.

  • Incorporación de IoT para monitoreo de consumo energético.

  • Uso de plataformas BIM para reducir errores y retrabajos.

  • Diseño pasivo para reducción de cargas térmicas.

Esto democratiza el acceso a tecnologías de punta, mejorando la calidad de vida y reduciendo los impactos ambientales de la construcción masiva de viviendas.

6. Economía circular y transformación empresarial

Uno de los pilares técnicos más importantes es la plataforma TECC (Transformación Empresarial con Circularidad en la Construcción), que busca:

  • Reducir residuos en obra (RCD).

  • Fomentar el reúso de materiales (encofrados metálicos, andamios, concreto reciclado).

  • Trazabilidad de materiales con pasaporte digital.

  • Incorporación de residuos como materia prima (por ejemplo, PET en concretos).

Esta línea es clave en la reducción de residuos de construcción, que en Colombia representan entre el 25 % y 35 % del total de residuos urbanos. La circularidad también fomenta la reducción de huella de carbono y mejora la competitividad empresarial.

7. Regulación, normativas y desafíos

La promoción de vivienda formal y sostenible requiere también un marco normativo coherente. En Colombia, las siguientes normas son claves:

  • RETIE: seguridad en instalaciones eléctricas eficientes.

  • RAS: reglamento técnico para agua potable y saneamiento básico.

  • NSR-10: requisitos estructurales y sismorresistentes.

  • Ley 1715: integración de fuentes no convencionales de energía.

  • Planes de Ordenamiento Territorial (POT): determinan la disponibilidad de suelo urbano y sus restricciones.

Sin embargo, aún existen desafíos, como la falta de articulación entre licencias urbanísticas y criterios de sostenibilidad, baja capacitación técnica en municipios intermedios, y costos iniciales de implementación.

8. Beneficios sociales, económicos y ambientales

El impacto de una estrategia nacional de vivienda formal y sostenible se traduce en:

  • Reducción de enfermedades respiratorias y gastrointestinales por acceso a agua potable y viviendas ventiladas.

  • Ahorros económicos de largo plazo para las familias gracias al menor consumo de energía y agua.

  • Generación de empleo formal en sectores de ingeniería, arquitectura, instalación eléctrica y montaje estructural.

  • Conservación de la biodiversidad mediante la planificación adecuada del uso del suelo.

  • Fortalecimiento institucional a través de alianzas público-privadas.

Desde la óptica del ingeniero, se abren nuevas oportunidades para el diseño eficiente, el uso de herramientas digitales (BIM, gemelos digitales), y la incorporación de nuevos materiales y soluciones.

Conclusión: un camino que requiere voluntad técnica y política

La vivienda formal y sostenible no es solo una meta deseable, sino una necesidad estructural para el desarrollo equilibrado del país. Colombia cuenta con el conocimiento técnico, el capital humano y el marco normativo para hacerlo posible. Sin embargo, se necesita voluntad política, incentivos reales, y articulación entre los sectores público y privado.

Como profesionales de la ingeniería, tenemos el deber de liderar esta transición: diseñando con criterio, optimizando recursos, promoviendo tecnologías limpias y defendiendo el uso responsable del territorio. La sostenibilidad no es una opción, es el camino.

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